¿Qué más necesitamos aprender en esta vida? ¿Realmente necesitamos estudiar tanto? A menudo me hago esta pregunta. Especialmente cuando el progreso es tan lento y agotador. A veces realmente siento que ya no tengo fuerzas ni motivación para aprender.
¿Hay un momento en el que podamos hacer una pausa, un momento brillante, en el que podamos decir que hemos llegado al punto en el que ya no necesitamos aprender?
¿Se supone que esto será cuando nos graduemos de la escuela secundaria y la universidad? ¿Será entonces cuando finalmente encontremos trabajos satisfactorios? También tengo algunas ideas sobre esto, principalmente porque me molesta mucho. De todos modos, creo que finalmente encontré la respuesta.
Estoy aprendiendo constantemente, pero ¿cuándo puedo parar?
Durante mucho tiempo he estado tratando de construir mi carácter, de convertirme en una mejor persona, tanto a nivel personal como profesional. Dediqué mucho tiempo a los estudios obligatorios, incluso fui más allá y aprendí a poner en práctica los conocimientos que había acumulado durante todo este tiempo.
Fallé: cambié de campo y comencé todo de nuevo. Además, tampoco me funcionó la segunda vez y me dijeron que dedicara más tiempo y energía a otro desafío.
El clímax, justo cuando decía que había encontrado mi lugar y mi trabajo, empezaron a surgir otros deseos y necesidades. Los noté, pensé en ellos y llegué a la conclusión de que todavía tenía mucho que aprender.
Empecé a conocer más gente, crecí a lo largo de los años de trabajo y, finalmente, me di cuenta de que todavía había margen de mejora, así que comencé a aprender de nuevo.
Sin embargo, ¿hasta que se haya aprendido tanto?
Cada paso de aprendizaje completado continúa con otro paso de aprendizaje.
Es un jodido ciclo... saltamos de uno a otro. A medida que pasa el tiempo y evolucionamos, siempre hay otro paso que consume nuestro tiempo y energía una y otra vez. Para avanzar más en este proceso, será mejor que encontremos una motivación para invertir más tiempo en aprender, de lo contrario será muy difícil.
Me di cuenta de que a medida que evolucionamos, por un lado, y el mundo que nos rodea, por el otro, este proceso de aprendizaje se expande y requiere más energía. Se vuelve más difícil, pero en última instancia, más satisfactorio.
Se vuelve muy importante poder cuantificar lo que aprendemos en cada etapa para no tener que ir y venir. Justo cuando creemos que lo sabemos todo, aparece alguien que nos contradice y nos hace repensar si necesitamos saber más.
¿Cuándo y dónde dejamos realmente de aprender?
A lo largo de este artículo probablemente te habrás dado cuenta de que no existe una respuesta válida a esta pregunta. En mi opinión, el aprendizaje es un proceso continuo que nunca termina.
Cada día, mes o año viene con nuevas experiencias, desafíos o cambios. Para poder controlar estas cosas, debemos aprender. Aprendemos a crecer en el trabajo, aprendemos a adquirir una nueva habilidad o a poder desarrollarnos más rápidamente.
En conclusión, aprender continuamente, no parar nunca, leer, el proceso de “ensayo y error” son cosas agotadoras que requieren tiempo y paciencia, pero que resultan muy útiles y satisfactorias a la larga. Es posible que en algún momento no quieras ni parar, aunque sientas que has llegado a una situación cómoda.
Sin embargo, es importante no desperdiciar nuestra energía en cosas que no usaremos en el futuro. Es importante saber por qué aprendemos y entender por qué lo hacemos. La motivación es sumamente importante en este proceso, así como la atención a los esfuerzos que realizamos.
Desde mi punto de vista es muy bueno hacer pausas, descansar la mente y no descuidarse. A medida que definamos con mayor precisión nuestro propósito en la vida, será mucho más fácil organizar nuestro tiempo, aprender de manera más efectiva y progresar más rápidamente.
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